martes, 4 de agosto de 2015

Un día.


Un día conoces a alguien
y te gustaría,
de repente,
desconocer a las demás personas.

Centrarte sólo en él.
Hacerle el centro gravitatorio de tu mente.

Conoces a alguien que tiene una de esas sonrisas
que se quedan a dormir todas las noches,
y entonces ya no pasas tanto frío.

Porque el insomnio tiene nombre y apellidos.
Pasea a tu lado, flota contigo,
te suspende a dos metros sobre el suelo,
te dice "hola" y silencia el tráfico.

Alguna vez conoces a alguien
que te da ganas de ordenar tu vida y hacer reformas.
Así que preparas tu mirada más bonita y te compras ropa nueva.
Eres más feliz a todas horas,
como si también drogase esperar su llamada.

Y esperas que se acuerde de llegar en algún momento de tu vida.
Porque hay personas por las que perderías todos los trenes
con tal de quedarte un poco más.
Y no creo que necesitemos pensar en otra cosa para seguir,
aunque se nos ocurran miles de razones para quedarnos.

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